El 20 de abril, miles de manifestantes se dirigieron a la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, para festejar la caída de Gutiérrez.

Abdalá puso en marcha, magistralmente, su estrategia de "un solo toque" Tumbando de una a Lucio, gracias al banquito que le hizo Castro Dáger.